Por Mariana Morales

Seguramente ya has escuchado este término con anterioridad, pero qué significa y cómo afecta nuestra vida diaria?

El nombre “Pink Tax” viene del hecho de que productos para mujeres tienen un mayor costo que aquellos para hombres, y éstos productos suelen llevar el color rosa. No es un impuesto per se, sino una práctica de precio discriminatoria basada en género.

Esto aplica a cualquier tipo de producto dirigido al mercado femenino de manera distinta que al mercado masculino, como lo son shampoos, cremas, rastrillos. Los productos en sí pueden ser usados de la misma manera para ambos géneros, pero aquellos pensados para las mujeres son más caros. Yo en lo personal he comprado rastrillos para “hombre” (color verde o azul) porque son de menor costo que exactamente el mismo rastrillo en color rosa con una mujer sonriendo en el empaque.

Esto es algo que existe a nivel mundial, pero al día de hoy no ha habido quejas oficiales en Austria, ya que es complicado demostrar que la diferencia de precio no está justificada en términos de contenido, y que las mujeres no están forzadas a comprar “rosa”.

Sin embargo, esto también se puede aplicar a los productos femeninos como tampones, compresas o copas menstruales las cuales, como que sí estamos forzadas a comprar, y son sujetas al impuesto VAT como objeto económico de transporte en todos los países miembros de la Unión Europea. En Francia, por ejemplo, este impuesto se redujo al 5.5% hace siete años, mientras que en Austria sube hasta un 20%.

Pongámoslo en comparación: 

Alimentos básicos, libros y transporte público se cobran con una taza de impuesto del 10%.

Animales, plantas y vino se les aplica un 13%.

Todos los productos con 20% son considerados un lujo.

De acuerdo a la Ley de impuestos de Austria, los productos femeninos se encuentran en el mismo nivel de lujo que champaña o langosta. O sea??

Desafortunadamente, no hay una forma sencilla de arreglar esta situación. Solo les podemos aconsejar comprar los mejores productos que se ajusten a sus metas y valores, pero pueden empezar a comprar productos de género neutro o aquellos dirigidos a hombres. Esta solución podrá no funcionar para todas, pero les puede ayudar a evitar productos “femeninos” a sobre precio.

El Pink Tax solo terminará verdaderamente hasta que expongamos a todas las marcas y empresas que aún funcionan bajo este sistema de precio de discriminación de género.

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